Mi caminar en el rio Orizaba
Columna ACERTIJOS por Gilberto Haaz Diez
Mañana de calor. Orizaba es la sucursal de Tierra Blanca, antier alcanzó los 33 grados centígrados, la calor, como diría Minga, una gente de mi pueblo, la calor ataranta. Emprendí mi caminar de kilómetro y medio y 1780 pasos bajo los puentes de Orizaba. Si alguna vez yo mero y todos los que hemos visitado París, hemos caminado bajo los puentes de París, que son legendarios, como el Alejandro III, la Concordia, Puente Nuevo, Saint Michelle, el de Notre Dame, el del Alma, donde murió Lady Di, todos esos lugares que se caminan y mamas la historia, la bella historia bajo los puentes de París, donde ha habido películas y canciones que se inmortalizaron. Bajo esos mismos puentes aún duerme gente pobre, para rememorar aquellos años que París era de gente pobre, donde hasta una canción hicieron: Pobre gente de París. Esos puentes donde una vez deambuló Gabriel García Márquez pobre y muy infeliz, se había pasado toda la noche calentándose en el “vapor providencial de las parrillas del metro”, eludiendo los policías que lo golpeaban en cuanto lo veían, pues lo confundían con uno de los tantos argelinos a los que masacraban en aquellos días en París.
Así comencé mi caminar en la orizabeña calle de Poniente 8, donde está el Puente de San Antonio (Falta uno al Emperador), crucé el Santos Degollado, el Santa Anita hasta llegar al de la Poniente 2, Puente de la Beneficencia y terminar mi caminar de cronista de a patín en Pichucalco o Independencia, donde está el Teleférico y Palacio. Hay poca agua ahora, porque se necesitan las lluvias de la parte alta de las altas montañas, pero llegan las palomas y los pichos negros, los tordos y los pajaritos a tomar la poca agua del rio Orizaba. Encuentras en el camino altares a la Virgen de Guadalupe. Hay alrededor animales, avestruces, un cocodrilo, coyotes y algunas especies bien cuidadas. Hay familias que comienzan el paseo. Personal del ayuntamiento hace su trabajo, limpian los caminos. Me gusta caminarlo en frio, como lo he hecho en temporada invernal, pero ahora es rico porque refresca un poco el espíritu y el alma, uno va pensando en la inmortalidad del cangrejo. Hay puentes colgantes, para cruzar de uno a otro lado, han comenzado, como se inició en París, a ponerle candados del amor a varios puentes.
EDUARDO VILLEGAS MEGIAS (EL KREMLIN)
Hace un tiempo en este lugar, donde es Pueblo Mágico y el volcán Pico de Orizaba se llena de nieve, a veces, vino a esta ciudad quien sería el nuevo Embajador de México ante la Federación Rusa, ante todas las Rusias, diría el cronista Ángel Fernández. Eduardo Villegas Megías, orizabeño, se estrenaba y acompañó a su padre, el maestro Juan Pablo Villegas, y toda la familia, padres y hermanos, a la presentación de un libro en el IRBAO, Asistí porque Juan Pablo me había invitado con anticipación a conocer al Embajador. Acudió también el alcalde de Orizaba, JM10. Allí se hizo la presentación del libro y al otro día quedé de tomarme un café con el Embajador, una gente de todas las confianzas de la esposa del presidente AMLO, doña Beatriz Gutiérrez Müller, esa mañana me sentí indispuesto y el café quedo pendiente, quizá un día en Rusia. Pero ayer me dio gusto ver que a Eduardo Putin le recibió las cartas credenciales y llenó de elogio la política mexicana, y lo felicitó por su cumpleaños, lo que lo hizo sonreír.
El País: “El presidente ruso, Vladímir Putin, saludó este miércoles el enfoque equilibrado de México sobre los asuntos globales, al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de este país en Rusia durante un acto en el que participaron otros 16 embajadores, incluidos los representantes de Paraguay y Honduras. “Valoramos los enfoques equilibrados de México respecto a los problemas globales sobre los principios de la multilateralidad, la no injerencia en los asuntos internos, el respeto a las normas del derecho internacional, la solución pacífica de los conflictos”, dijo Putin ante Eduardo Villegas Megías en una ceremonia en la Sala de Alejandro del Gran Palacio del Kremlin. El líder ruso recordó que las relaciones con México datan de hace más de 130 años y “se basan en la tradición del respeto mutuo y la cooperación mutuamente beneficiosa”. Asimismo, destacó el intercambio comercial entre Rusia y México, que alcanzó el año pasado los 4 mil millones de dólares”.
