Enrutado a Veracruz
Columna ACERTIJOS por Gilberto Haaz Diez
Hacía tres semanas, un poco más de 21 días, que me propuse no salir a las carreteras, porque, entre otras cosas era Semana Santa y las casetas de Capufe son una porquería. La de Fortín está que se va y se va y no se ha ido. Pero mi karma iba bien, pasé sin pena ni gloria, ningún atraso, hasta me parecía Disneylandia o las buenas autovías de los españoles de España. Entré por El Dorado, hacía calor, llegaría a los 34 grados, vi de reojo el buque cañonero Guanajuato, que ya anunciaron lo desmantelan porque es pura chatarra y nido de ratas, los moradores de ese pueblo de pescadores, Boca del Río, se quejan. Pues allí nos tenéis con un café Don Justo en Plaza Américas, antes que llegara la hora de la comida, en el lugar propiedad de la familia de Manolo Fernández, gran empresario, cuyos parientes, los Chedraui, van a instalar una plaza comercial nueva, en un par de años. Anuncian el torneo de tenis de Xalapa (8 al 21 de mayo), con bolsa de 25 mil dólares en el jalapeño club Britania. Xalapa siempre ha contado con buenos tenistas, como una vez los tuvo Tierra Blanca en la figura de un chamaco recogebolas (Roger Federer fue recogebolas en su niñez), que se aupó a los grandes torneos, Julio César Vázquez, me dice Tomás Ramón que un Herrera hijo llegó a ser Copa Davis, Luis Enrique “Araña” Herrera, ranqueado 49 de la ATP. pueblo de ferrocarrileros y tenistas, ahora en este estado el único que tiene relevancia es Santiago (Santy) González, un doblista cordobés que acaba de ganar un torneo de tenis profesional, en Miami, orgullo veracruzano. Alguna vez que anduve en Londres, vi su nombre en la galería de campeones en el afamado estadio de Wimbledon.
LA COMIDA
Llegaba a una comida entre hermanos en casa de Mamá, ahora de mi hermana Flor. La popular calle Vía Muerta, que era una vía muerta, según viejos ferrocarrileros. Solo los cinco hermanos y sus parejas, y dos agregados culturales (Rico, el amigo que ya dejó de NO ser rico y Fernando Pavón, que a veces ejerce como biógrafo de terrablanquenses, cuando contesta el teléfono). Sucede que mi hermana más chica, nos convocó a los cinco hermanos y esposas y esposos, a una comida de poca gente, sin hijos ni nietos de toda la tribu, porque en casa de Mamá no cabíamos. Eduardo encendió el juego de los Ray de Tampa, donde el cubano mexicano, Randy Arozarena, dio un juegazo e hizo ganar el juego de béisbol. Allí llegamos a comer los ricos chamorros del Kuinito, de Costa Azul número 114 entre Mar de Arabia y Báltico, de doña Guadalupe, y los chiles rellenos y los frijolitos y todo eso que hace tan rico esa mujer tan trabajadora. Algún día Manuel Lila me habló que comía unos chamorros en Au Pied de Cochuon del hotel de CDMX en Campos Elíseos de Polanco, le dije que viniera a probar los de doña Guadalupe de Boca del Río, les ganan hasta a los franceses. Entre unas chelas y unos brindis se nos fue la tarde. Pintaba para día de buen calor. Comida para despedir a la hermana Flor, que se va al encuentro de su hija y sus nietas a Londres, y por ahí va a servir como mi corresponsal, porque en esos días el Rey se corona. “Inquieta está la cabeza que porta una corona”, dijo Shakespeare en la obra de Enrique IV.
UN CORREO DE TRENES
“Trota Mundos, mi padre Carlos Ríos García operaba en Córdoba como empleado de primer nivel cuando estalló la huelga, luego lo reinstalaron en Puebla y terminó jubilado en la activa estación ferrocarrilera en El Puerto de Veracruz. Ferrocarriles debería reactivar el transporte de pasajeros y bien manejado resultaría exitoso… Destacada tu columna”. Alfredo Ríos Hernández.
OTRO DEL RIEL
“Exprésale a Gilberto un afectuoso saludo y todo sale a colación por el bonito artículo de hoy que nos lleva a los mejores recuerdos de mi existencia, me agrada la amena lectura de sus artículos, nuevamente te reitero le expreses mi afectuoso saludo. Yo hice la prepa con su hermano Enrique en Xalapa, en 1960 y compañero de infancia con César Haaz (su primo). Me parece que el tren de Veracruz, que pasaba por Córdoba, Orizaba, Apizaco y México, no pasaba por Puebla (era el ‘Mexicano’); creo el que pasaba por Puebla era el Interoceánico, de Veracruz-México, pasando por Xalapa. Bueno creo que ya me perdí. Mejor ahí la dejo, que la pasen bien y el artículo me emocionó mucho. Gracias, atentamente Arturo Morales Rodríguez”.