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El México de los desaparecidos (10 de mayo)

El México de los desaparecidos (10 de mayo)

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Columna ACERTIJOS por Gilberto Haaz Diez

Quizá hoy que es Día de las Madres, hay madres que sufren por la desaparición de sus hijas o hijos, o esposos o sobrinos. A ellas se les debe recordar en este Día. Cuando una mañana o tarde las vieron salir del hogar y no han regresado. Existen en México y en Veracruz y en Orizaba y Xalapa y todo el estado, Grupos Colectivos que las buscan, con palas, en terrenos áridos, en montes donde los delincuentes, después de matarlas, las arrojaron y sepultaron con maldad, ellas las buscan con la esperanza de encontrar algo, una prenda que las identifique, un zapato, un algo que les diga que ahí están, porque nada hay peor que no saber de ellas y ellos. Madres que excavan la tierra con picos y palas, en la esperanza de verlas de nuevo. Es un peregrinar constante. Cada uno de nosotros en este país, que es un Cementerio gigante, conoce del caso de alguna jovencita o de algún joven que salieron a sus tareas cotidianas, o al café o a la escuela, y no han regresado. Sus madres las buscan, las quieren cómo los encuentren: vivas o muertas para darles sepultura cristiana. Desgarra entrar al Internet y buscar a muchas de ellas. Ahora la maldad ya está asesinando a las madres buscadoras, en un país lleno de violencia y sangre. En México hay miles de desaparecidos, entre jovencitas y hombres y esposos. Entre el 1 de enero y el 31 de marzo de 2023, según la versión pública de la herramienta de la Comisión Nacional de Búsqueda, en toda la República mexicana han desaparecido 1,329 personas del sexo masculino (63.44% del total) y 766 personas del sexo femenino (36.56%).7 abr 2023.

BUSCARE A MI HIJA HASTA EL ULTIMO ALIENTO.

La última vez que Esperanza cenó con su hija Celeste, de entonces 25 años de edad, fue el 4 de febrero de 2013. Esa noche, cuando Celeste se despidió para irse a su casa con sus tres hijas, Esperanza le dio la bendición sin advertir, que, al día siguiente, iniciaría un calvario que no da tregua. Celeste desapareció el 5 de febrero, minutos después de llevar a una de sus hijas al jardín de niños.

ENCONTRO A SU HIJA 3 AÑOS DESPUES.

Cristina interrumpe el llanto para despedirse: “Yo siempre te busqué, hija, aquí está la prueba”. Para que todos puedan verla, frente al cortejo fúnebre extiende con las dos manos la hoja de búsqueda que se elaboró cuando hizo el reporte de desaparición de su hija. Los asistentes al cementerio, la mayoría familiares e integrantes del Colectivo por la Paz, hacen un silencio, interrumpido sólo por sollozos y las maniobras de los sepultureros que inhuman los restos de Anayeli, de 31 años.

HIJA MIA, EN CASA HAY UNA SILLA VACIA.

“La angustia empezó y salimos los dos a buscarte. Nos encontramos con tu hermano y ya los 3 anduvimos hasta las 5 de la mañana. En la segunda noche vi una estrella fugaz y el dolor fue enorme. A los 5 días una llamada nos advierte que unos tipos de una camioneta te agarran y te suben a la fuerza. Ahora se cumplen 13 años que no te veo; que no sé de ti. Qué no hemos parado de preguntar y caminar, de tocar puertas y no hablan. Un silencio de complicidad roe corazones de quienes saben y enmudecen. Hija mía, en casa una silla está vacía. Los corazones rotos, pero la esperanza de encontrarte no muere. Seguiremos buscándote hasta que la vida nos permita”, escribió Silvia, en un texto a su hija.

Magaly
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