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Super distribuidora

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Super distribuidora

A las presiones de sus adversarios por el desabasto de medicamentos, el Presidente Andrés Manuel López Obrador propondrá al sector salud (IMSS, SSA, ISSSTE), un banco de reserva de medicamentos en la Ciudad de México.

“… la idea es contar con todos esos medicamentos. O sea, es un banco de reserva de medicina para que nunca falte ningún medicamento. Ayer lo estaba yo pensando, sí, y lo voy a plantear a los del sector Salud. Un banco de reserva de medicamentos”, insistió a principios de agosto en una de sus conferencias.

Una farmacia aquí en la Ciudad de México, un almacén con todas las medicinas del mundo, en cantidades razonables para que cuando falte en un hospital, ahí, como un banco de reserva de medicamentos, y lo vamos a hacer, prometió para acabar de una vez por todas con el desabasto de medicamentos.

Pero ¿qué fue lo que provocó toda esta problemática que estamos padeciendo?, Ni más ni menos que el intento de sanar una estructura podrida por la corrupción y los sobornos que por décadas se había institucionalizado como sistema de funcionamiento.

Y ¿cómo funcionó eso?

Muchos de los capitales privados nacieron de la acumulación originaria del capital en estrecha vinculación con el Estado. Hubo una enorme apropiación corrupta de las tierras agrícolas sujetas a riego. En la Ciudad se especuló ampliamente con la urbanización de tierras ejidales, y grandes fortunas surgieron de este modo. Durante largos años al obrero se le pagó salarios inferiores, se le eliminaron muchas prestaciones legales y se le mantuvo excluido del seguro social: el control del obrero y del salario pasó por la promoción de las cúpulas obreras y del sistema corporativista. En el surgimiento del corporativismo el Estado fue la punta de lanza, pero la iniciativa privada fue un factor clave de apoyo, ya que los beneficios que le proporcionaba eran enormes.

La acumulación originaria, prosigue Juan Castaingts Teillery en su ensayo “La economía política de la corrupción en México” publicado por la UAM, también se presentó bajo la forma de evasión fiscal tolerada a cambio de un apoyo político al poder corporativista que dominaba al Estado.

Esa es una breve explicación de fondo de esta enquistada corrupción que nos asfixia a los mexicanos, en todos los niveles de los estratos, políticos y sociales.

Por ello, la lucha de AMLO contra este flagelo es titánica. Es un cáncer de tercer nivel, por lo cual necesita una terapia intensiva.

Aun así prosiguió está lucha. Está es apenas una pequeña muestra del mal que nos aqueja.

En el otoño del 2018 iniciaba el gobierno de la llamada cuarta transformación y, en el rubro de la salud 10 laboratorios distribuidores de medicamentos a instituciones federales (lssste, Imss, Ssa, principalmente) armaban sus estrategias en contra de las acciones del nuevo gobierno que había llegado decidido a combatir la corrupción, mecanismo mafioso institucionalizado que los benefició por décadas. Sabían que quedarían fuera del nuevo esquema.

El gobierno entrante pronto identificó a 10 empresas distribuidoras farmacéuticas que vendían anualmente 70 mil millones de pesos al sector salud, pero de esas 10, solo tres aportaban el 40 por ciento de todo los medicamentos a precios, elevadísimos, a decir del ejecutivo.

Y a partir de entonces, la andanada de ataques de medios de comunicación afines a la oligarquía que acababa de perder estrepitosamente sus beneficios no se hizo esperar e incluso manipulando a padres de niños con padecimientos de cáncer, quienes fueron literalmente usados para gritar rabiosamente el desabasto de medicamentos.

Por supuesto, nadie puede negar que efectivamente, una purga de esa magnitud ocasionaría tal situación pasajera mientras llegaba el acomodo y el reordenamiento de todo lo que incluye la compra y distribución de medicamentos en el sector salud a nivel federal, que no es poca cosa.

Ese esquema contaba con el apoyo de políticos corruptos. Y que no sólo se compraban medicamentos caros, sino de mala calidad, a veces hasta adulterados: “Había gente que perdía la vida por recibir medicamentos echados a perder, era mucho el daño por la corrupción, nos llevó tiempo avanzar”.

Pero esto apenas comienza.

Fernando Aguilar


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