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El meme del General

El meme del General

El meme del General
Columna ACERTIJOS por Gilberto Haaz Diez

Filtrados por los wikileaks, salió en las redes sociales y en caricaturas de moneros un viaje familiar del general secretario, Luis Crescencio Sandoval, donde anduvo de turista por varias ciudades de diferentes países, hubo una donde lo retratan con muchas medallas en el pecho, y le dicen que se las dieron como Viajero Frecuente. Ya saben ustedes cómo es el ingenio del mexicano. Y no sé porque me acordé cuando en los tiempos del otro general, aunque ese era patito, Arturo Durazo Moreno (1918-2000), con sus medallas al pecho un reportero le preguntó a qué se debían tantas medallas al pecho, si era un militar que no había participado en guerras ni combates caseros, Durazo, chistoso cómo era, respondió que eran medallas de ‘Buena Conducta’. Y todos rieron. Como cuando en la escuelita te ponen una estrellita en la frente.

LOS LIBROS DONADOS

He comentado hace un poco tiempo, que doné parte de mi biblioteca a niños de la comunidad indígena de Tzoncolco. Ahora que regresaron de vacaciones me enviaron fotos donde ya los acomodaron, fueron un poco más de 300 libros, al igual que Víctor Hugo Contreras, presidente de la sociedad de padres de familia de la orizabeña escuela Quetzalcóatl, me avisó que ya los libros donados a su escuela los comienzan a disfrutar los alumnos. Muy interesados en ellos. El cordobés Juan Fernando Perdomo Bueno me obsequió otros ciento y pico que esta semana entrego. La directora del plantel, maestra María Leticia Morales, está muy agradecida con esa donación que fortalece la biblioteca de la escuela. Al paso de los años conservé como unos 3 mil libros y comienzo mi decisión de obsequiarlos a escuelas y comunidades como Tzoncolco, para que lean los niños y se hagan gente de letras. Porque no hay nada como el poder de los libros. Bien lo decía Kamalucas, un filósofo de mi pueblo: “La lectura a todos nos hace inmigrantes. Nos lleva lejos de casa… pero lo más importante es que nos encuentra hogares en todas partes”.

CARTA DEL PAPÁ DEL EMBAJADOR (RUSIA)

Gilberto: Resulta difícil exponer ideas imparciales sobre las actividades políticas de alguien tan cercano familiarmente, por lo cual trataré de ser lo más objetivo posible.  Mi hijo Eduardo Villegas Megías, orizabeño y actual embajador de México ante la Federación Rusa y concurrente ante las repúblicas de Armenia y de Belarús, ha desplegado en el corto período de su gestión, a partir de noviembre de 2022 a la fecha, una increíble actividad diplomática que es el resultado de su especial capacidad, preparación intelectual, estudios profesionales filosóficos con el dominio obligado de varios idiomas, aparte del latín, el griego y el alemán obligatorio, el inglés, francés y, en pocos meses más, el ruso, todo esto aunado a la hiperactividad que siempre lo ha distinguido en todas las responsabilidades profesionales que ha desempeñado. Es verdaderamente impresionante la variedad de actividades en las que participa: conferencias, reuniones de trabajo con directivos de museos y rectores de universidades siempre buscando crear proyectos e intercambios en los sectores de energía, farmacéutica, agricultura, pero también buscando relaciones culturales, educativas, científicas y turísticas, propiciando igualmente el diálogo político bilateral y la cooperación mutua.

Eduardo me ha cambiado la imagen que tenía del servicio exterior. Siempre tuve la idea de que su labor estaba centrada en las relaciones sociales, artísticas, en recepciones y de atención a los conciudadanos, pero, hasta ahí. Hoy mi concepto es totalmente diferente, por lo menos es la imagen que me ha dado el embajador mexicano.

Tengo la certeza de que jamás se limitará a un trabajo burocrático y de imagen social. Seguro estoy de que primero renuncia que terminar como embajador socialité, como muchos con los que está lleno el servicio diplomático exterior.

La sorprendente e inusual felicitación del presidente Putin por el cumpleaños de Eduardo, cuando éste presentó sus cartas credenciales en la bellísima sala Alejandro del Gran Palacio del Kremlin, creo que algo tuvo que ver con su destacada actividad diplomática o, ¿no lo crees así?.

Y con mucho orgullo repito tu frase: “Orizaba presente en el Kremlin”.

Atentamente Juan Pablo Villegas.

Magaly
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