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El Presidente esta malito

El Presidente esta malito

El Presidente esta malito
Columna ACERTIJOS por Gilberto Haaz Diez

Mientras uno disfrutaba de tarde dominical, viendo las grandes películas de Netflix, entre ellas una serie, La Diplomática, o el juego de tenis del campeón español, Carlitos Alcaraz, los celulares comenzaron a calentarse. Uno de los primeros fue el tuiter de Joaquín López Dóriga. Anunciaba la enfermedad de Covid del presidente AMLO.

Dejé la serie y busqué los noticieros televisivos. Ninguno hablaba de la recaída del presidente. Había trascendido que en la mañana se desvaneció, cuando andaba por Yucatán en actos políticos y de gobierno.

Enseguida se encendieron los warnings, las alertas del mundo político y civil.

Es verdad que es un presidente enfermo, como los ha habido muchos en México y el mundo. Solo por recordar en Estados Unidos a JFK y Roosevelt, y en México al gran Benito Juárez, que una angina de pecho se lo llevó porque, si Juárez no hubiera muerto, todavía viviría, dice el danzón.

Para la tarde los tuiters daban la batalla por la vida o por la muerte, oh, desgraciada muerte que te asomas a mi ventana para llevarme y nunca más volver.

Comenzaron las alegrías, para unos, y las tristezas, para otros. El presidente tuiteó un mensaje que, dicen él no lo puso, se lo atribuían a su esposa Beatriz, porque el presidente no usa esos términos de lenguaje, el de ‘amigos y amigas’.

Caído en los brazos de alguien, lo subieron a un jet o una ambulancia médica para tráelo a México, algunos se burlaban de porque no aterrizó en el AIFA. El vocero que desinforma, Jesús Ramírez Cuevas, el vocero de la zozobra, lo llamó Reforma, por la mañana decía que nada pasaba, que el presidente hacia su gira bien. Pero el tuiter del presidente aquietó las aguas y mejor tuvo que callarse.

No envió un mensaje grabado, como lo hizo el par de veces anteriores que le dio Covid. Ahora no. Pero muchos cibernautas hablaban que fue un infarto al miocardio, y manejaban hasta la zona donde le pegó de lleno al corazón, porque, dicen que el Covid no te desvanece.

Como la salud de los presidentes es una cosa pública, en la historia ha habido enfermedades de presidentes que las han guardado. AMLO no, dice que él es hipertenso y diabético y su corazón ya no es gitano y late cómo puede.

LAS ENFERMEDADES PRESIDENCIALES

Por la tarde noche ya lo habían matado. Utilizaron el tuiter hackeado de López Dóriga y él mismo salió a desmentirlo.

Las notas iban y venían, que si estaba en terapia intensiva con 14 médicos militares, que si el derrame que le pegó le dejó inutilizada una de las partes de su cuerpo y el habla, que al momento de desvanecerse, todos supieron que era embolia.

Otros, aprovechaban y le sugerían en burla que llamara a los médicos cubanos, para que lo atendieran. Los Hunos y los Hotros daban rienda suelta a sus soflamas incendiarias.

Las televisoras apagadas. Nada comentaban, ni siquiera el tuiter del presidente. Las corcholatas enviaron sus apoyos, Marcelo Ebrard y la Sheinbaum le animaban al restablecimiento. Adán Augusto tomaría la batuta de las mañaneras.

Todo eso calentaba más el ambiente de que el presidente estaba muy tocado por la embolia. Mientras no se viera un video de él animado, la gente especularía.

El secretario de Gobernación en su primera mañanera de un día después, anuncia que el presidente estará fuera dos o tres días, en lo que se repone.

Presidentes hubo que escondieron sus enfermedades, desde que encubrieron al poderoso Woodrow Wilson, que tuvo un derrame cerebral. Franklin Delano Roosevelt cubrió muchas cosas de salud. Y a JFK le tenían que transportar una cama especial, por su problema en la columna vertebral

Presidentes mexicanos que murieron en el poder, Benito Juárez y Venustiano Carranza. Guadalupe Victoria, de enfermedad. Francisco I. Madero, atacado por traidores.

La historia nos puede llevar a infinidad de casos.

Suerte al presidente AMLO y que salga de esta crisis. Hay gente que ora por él, por su pronto restablecimiento.

Magaly
magaly


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