Entre Remesas y Petróleo
Por Gilberto Haaz
En el noticiero de Ciro, con el economista David Páramo, discutían sobre las remesas que envían nuestros paisanos de Estados Unidos, que son las que han dado sostenimiento y confianza al país y no hemos caído en crisis, gracias a esos envíos que en el año 2022 fueron de 58 mil 497 millones de dólares, más que los ingresos petroleros. Este mes de enero, al parecer ya llegaron a los 6 mil. Es gracias a la mano de obra de nuestros mexicanos paisanos, que llegan o a la pizca de algodón o a los campos a levantar las cosechas, donde somos muy trabajadores y truchas y cuando cobran, el 70 por ciento del dinero en dólares lo envían a casa a México y lo demás les queda para su manutención, viven apretados, porque prefieren enviar el dinero y ellos sacrificarse. Es así como hemos visto que sus casas, que antes eran de cartón y piso de tierra, ahora son de mampostería, cemento al piso y con televisiones y muebles dignos. Eso es gracias a su trabajo, por eso cada que el presidente AMLO puede los felicita y les agradece porque este país sin ese dinero no sabría en qué hubiera caído. Y todos conocemos de alguien que se fue para Estados Unidos de bracero o jornalero, de mojado, arriesgando la vida porque ahora los polleros han logrado hacer una industria del paso y la delincuencia organizada los captura y secuestra y pide dinero a la familia como rescate, eso antes no ocurría. El único temor era que los agarrara la migra y los enviara a casa de vuelta, pero ahora, dan miedo los narcos y los delincuentes y los polleros, que los encierran en camiones cerrados donde se asfixian y terminan muertos, como hay muchos casos que han sido noticia mundial. Dios los bendiga y les cuide.
EL PETROLEO
Y uno se pregunta por qué solo en países como los nuestros, Venezuela (eso por el par de chafas dictadores, Chávez y Maduro), que de ser países ricos han terminado en países pobres, teniendo suficiente petróleo. Igual le ocurre a México, no se sabe si fue peor que Lázaro Cárdenas expropiara el petróleo a los americanos y los ingleses, porque este petróleo no nos ha sacado de la pobreza. Miren, quienes hayan visitado alguna vez o visto en películas ciudades como Houston o Dallas, se maravillarán porque tienen la pinta de ser ciudades de primera, y su estado es de los mejores, si fuera país sería la cuarta o quinta economía del mundo. Y lo hicieron a base del petróleo. Solo que allá, de acuerdo a su legislación, quien encontrara petróleo en su patio era suyo, y terminaban vendiéndolo a la iniciativa privada y esos empresarios, que se volvieron multimillonarios, lograron el crecimiento de esas ciudades fincados en el petróleo. México tuvo una joya, el pozo Faja de Oro, en Poza Rica, cuando los americanos lo explotaban allí crearon la famosa Quinta Avenida de Nueva York y sus grandes rascacielos, y uno, cuando circulaba por esos lugares, ya en tiempos que el petróleo era nuestro, daba pena como tenían a Poza Rica que, cuando cruzábamos rumbo a Tamaulipas, por Estación Manuel y Soto la Marina y San Fernando, que íbamos al shopping a Brownsville o Mc Allen, uno veía la pobreza de esas ciudades que tuvieron petróleo como los árabes, porque el Faja de Oro fue el pozo más grande del mundo, en su tiempo. Y México es el único, junto a Venezuela, que dan pena. Ahora hace nada, el presidente AMLO anunció que Pemex pierde dinero pero que nosotros, que somos tan esplendidos, con nuestros impuestos, es decir, el gobierno, van a pagar esa deuda y estar a mano. Y el inútil director de Pemex sonríe con las pérdidas de esa paraestatal, que debía ser multimillonaria y dejar harto dinero para que las ciudades mexicanas se asemejen a las americanas. Bien lo decía el poeta, López Velarde: “El niño Dios nos escrituró un establo, y los veneros del petróleo el Diablo”. Ay nanita.
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