Esa maldita Cumbre
ACERTIJOS por Gilberto Haaz Diez
Es maldita la Cumbre de Maltrata, porque la maluria la ha saldo, la ha maldecido, como dicen en mi pueblo, y la ha deteriorado como un punto de paso hacia el primer puerto de América y el mundo, Veracruz, pasando por tierra de Dios, que es Orizaba y por tierra cafetalera, que es Córdoba, que ya también es Pueblo Mágico. Allí en la Cumbre hace mucho tiempo, bandas locales o foráneas se han dedicado a asaltar gente que transita de Córdoba-Orizaba hacia México. Algunas de Veracruz, también. Primero te despojaban del auto y las maletas, hubo una familia que iba toda a España y estos desgraciados los dejaron sin maletas y sin euros y pasaportes, abandonados a la buena de Dios. Uno pensaría que, con la Guardia Nacional, que el presidente AMLO fijó por su iniciativa, las cosas mejorarían, pero he aquí que no. Las cosas están peor y las autoridades, que debían de ser los primeros en ponerse las pilas, porque la mayor parte de los asaltos se dan en Veracruz, lugar limítrofe con Puebla, debían enviar al secretario de Seguridad a poner una vigilancia permanente, que mucha falta hace. Pero hay miles de corresponsales ahora con los teléfonos celulares, y la primera que dio la noticia fue Azucena en Milenio, exhibió un video de una persona que filmaba cuando los autos se volvían a dar la vuelta en sentido contrario, porque adelante había un retén de maleantes. Yo no sé si Marcelo con su ponencia de Seguridad, o Claudia o Augusto o Xóchitl o quién venga, podrá terminar con este flagelo que México es un país dominado por la delincuencia, en ciudades, en negocios, en carreteras, en todo, porque así estamos, entre asaltos y asaltos.
LAS DOS FIGURAS (DELON Y LA LOREN)
Los dos serían unas bestias hermosas. Es el mejor ejemplo de cómo saber envejecer. Del cómo a esos calendarios se les puede ir quitando las hojas, pero sumando supervivencia. Saberse mantener en forma. Llegaron hace unos años a Acapulco y lo embellecieron. Quiere Acapulco recobrar ese paraíso perdido por la acechanza de Cancún y Ciudad del Carmen. Dos paraísos que han logrado acaparar el turismo mundial.
Cuando ella llegó, dijo: “Hace mucho calor”.
Sudaba en su vestido blanco, con su figura hermosa y a sus 77 años de vida plena, ahora tiene 88. Se llama Sophia Villani Scicolone (Roma, Italia, 20 de septiembre de 1934), pero es conocida como Sophia Loren, como quizá le sugirió algún productor en sus tiempos mozos de bella estampa. Italia la vio nacer y la encumbró al mundo.
Un tiempo fue el mejor producto interno bruto de ese país.
En el cine ganó Oscar y Globos de Oro.
Lidió con lo mejorcito de aquellos tiempos: Vittorio de Sica y Marcelo Mastroiani.
Era mujer asediada, mujer apetecible. Cuando la conoció Hollywood, Frank Sinatra, Cary Grant y Brando y Gregory Peck, todos esos devoradores y depredadores sexuales se encandilaron de su belleza, la baba se les caía. Pero los esquivó. Supo cómo hacerlo, ya amaba al productor Carlo Ponti, un gordito pelón que de galán no tenía nada, pero ligó su vida a la de ella. Con hijos. Con él tuvo dos y a él se dedicó, mientras le vivió.
A sus 88 años irradia belleza y tranquilidad en su rostro. Filma ya poco porque el cine así es, las lanza a la popularidad y luego las devora, como Saturno devoró a sus hijos en aquella mitología. La gente de edad tiene poco sitio en este lugar del celuloide. Pero ella no pierde su histrionismo, ni su belleza.
Ha sido admirada durante décadas por su imagen, que ha mantenido en gran medida hasta edad madura; sin embargo, es también reconocida por su inteligencia y agudeza. Uno de sus dichos más frecuentemente citados, se refiere a su dieta: «Todo lo que ven, se lo debo a los spaghetti».
El otro personaje que miró el mar acapulqueño, fue Alain Delon (8 de noviembre, 1935-87 años) También tiene un nombre de pila diferente: Alain Fabien Maurice Marcel Delon
Fue conocido en su tiempo como la versión masculina de Briggite Bardot.
Este tigre de muchas pezuñas, sí encamó a quienes se les atravesaron en su camino.
La lista sería interminable. Tuvo en su alcoba cantantes, duquesas y baronesas y artistas mundiales: Romy Schneider, Nathalie Delón, Mireille Darc, ¿Quién no lo recuerda en sus más de cien cintas por el mundo fílmico? El sexy símbolo del cine francés de los años 60s y 70s, acaparó premios por igual. Cuando todavía estaba casado con Nathalie surgió un escándalo de considerables dimensiones.
Ahí andan ambos, disfrutando su vejez.
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