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Las desgracias del huracán

Las desgracias del huracán

Las desgracias del huracán

El huaracan Otis, que le pegó a Acapulco en el corazón y en la conciencia y que dejó escenas inéditas para nosotros los mortales que vivimos acá de este lado, dejó en las benditas redes sociales muchos ejemplos de lo mal que se han hecho las cosas. Sorprendidos todos por la incomunicación que dañó toda la red de comunicaciones: Luz, gasolina, telefonía celular, no había manera de cómo hablar, aunque el gobierno federal, si no hubiera desaparecido el Estado Mayor Presidencial, aquellos contaban con radios satelitales, que en unos minutos hubieran informado. En la mañanera del otro día, el presidente, que debía ser el más informado, no tenía ni idea ni información y comenzaron los errores de logística y de política. En lugar de tomar un helicóptero y llegar al lugar más cercano, porque sí se podía volar, optó por irse en carretera a sabiendas de que no iba a pasar. Primer error. De allí la foto esa del Jeep atascado, que se volvió icónica. Luego el otro error fue no valorar qué iba a haber muertos y que aun la gente en las redes sociales habla de que hay cuerpos tirados en la calle, muertos que no ha encontrado quien los sepulte. Expertos de Estados Unidos enviaron una alerta ese día a las 5 de la tarde de evacuar Acapulco, hoy comienzan a brotar las informaciones. La apanicada gobernadora, unos dicen que andaba en Nueva York, otros que en CDMX grillando, pero lo cierto es que, como la Llorona loca, andaba deambulando pegando el grito de ‘ay mis hijos’, pero quién sabe dónde. En redes sociales le publicaron una Alerta Amber, para encontrarla. Signo de los tiempos de escoger malos gobernantes. Comenzaron a circular por las redes la actitud de los presidentes en emergencias, lo mismo inundaciones que terremotos, en una de ellas aparece Felpe Calderón con Fidel Herrera Beltrán, el gobernador de Veracruz, que se arremangaron los pantalones y se metieron al agua hasta las rodillas. Igual Zedillo, De la Madrid en el terremoto, Salinas y Peña Nieto una vez que llegó a Acapulco. Contó un noticierista que cierta vez de una tragedia, Ernesto Zedillo andaba en Europa y suspendió la gira y regresó a Guerrero, porque había entrado otro huracán. Cuando llegó vio en el aeropuerto al gobernador Ángel Aguirre Rivero, bien atildado, con zapatos blancos de vestir y pantalón blanco, hasta parecía que iba a bailar La Bamba, que para eso se necesita una poca de gracia y otra cosita. Cuando el presidente lo vio así, le dijo: ¿Y tú adónde crees qué vas? Vámonos directo al lodo y a la inundación, el otro tragó gordo y quería ser bombero en ese momento.

ACAPULCO ARRASADO

El gobernante debe actuar con rapidez. Ir al lado del pueblo y que te vean allí acuerpándolos, no para la foto. Yo Mero recuerdo al exgobernador Fidel Herrera Beltrán, cuando llegó a una zona de Veracruz que se había inundado y que, por permisos malos de construcción, el agua retomaba su lugar y dañó a esa zona, y también dañó a los pobres. Fidel llegó y tras él movilizó todo el aparato de gobierno y la gente le reconocía ese esfuerzo. Así pudo haber ocurrido si el presidente AMLO se queda en Acapulco tres días y suspende la mañanera y crea allí el Cuarto de Emergencias, seguro todo el Gabinete allí estaría poniéndose las pilas, lo mismo llevando agua que comida. Y la rapiña debieron haberla detenido. La autoridad se escondió, empezando por la alcaldesa y la desgobernadora. No era posible que robaran hasta automóviles. Se puede aceptar el alimento, se puede aceptar el agua y se pueden aceptar muchas cosas de comida, pero lo superfluo no.

Acapulco deja grandes historias. Que no estamos preparados para un huracán de 5 grados. Esta crisis apenas empieza, calculan 18 meses de emergencia, harán falta muchas cosas, vendrán enfermedades si no llega el sector salud a vacunar gente y a limpiar la zona, vendrán muchos jinetes del apocalipsis, seguirán encontrando muertos, porque muchos dicen que se los llevó el agua y el lodo los sepultó. Hay desaparecidos. Hay hogares destruidos y enlutados. Y ahora la otra polémica es que el presidente dio la orden de que nadie canalice la ayuda más que el Ejército y la Marina, y muchas organizaciones no quieren ya aportar. La Cruz Roja, como ocurre en el mundo, en guerras y desastres, como lo está haciendo ahora en la Franja de Gaza, la Cruz Roja canaliza todo. Alguna vez en La Gloria, pueblo pegado a Perote, se había asegurado que había llegado el virus de la Influenza, que hizo venir a ese pueblo a las Naciones Unidas a investigar aquello que se volvió Pandemia, la Organización Mundial de la Salud de la ONU en el año 2009, decretó que ese virus no había nacido allí. Yo Mero vi los excelentes comedores que lleva el Ejército mexicano, y ahí comí como campeón, comida nutriente y sabrosa que se le daba a la gente.

Grandes enseñanzas de cómo no deben y deben hacerse las cosas.

Por GILBERTO HAAZ DIEZ

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