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Las viejas estaciones de tren

Las viejas estaciones de tren

Las viejas estaciones de tren

He crecido cerca de las vías y por eso sé que la tristeza y la alegría viajan en el mismo tren. Camelot.

Un amigo jarocho, Daga Vidal, envió unas fotos de las viejas estaciones del tren, que el tiempo las ha desaparecido. Eran bellas. Casi todas con el mismo patrón y esquema. Yo Mero vengo de tierra ferrocarrilera, me acuerdo de la de Tierra Blanca, donde mi padre trabajaba en las oficinas y a veces íbamos de chicharos a darle una mano a su trabajo, más bien nos enseñaba a cómo ser útiles. En la de Tierra Blanca, vieja estación ferrocarrilera que ya no existe, guarda, eso sí, una vieja locomotora para que recuerden cómo eran esos años. En aquel tiempo la vida del ferrocarril era importante, todo se movía por él, la carga y el pasaje.

Luego llegó la modernidad y ya no hubo pasaje. Yo recuerdo que alguna vez me fui en el de Veracruz-México a la Estación Buenavista, que traía camarote y podías dormir, pues llegaba a las 7 de la mañana. También utilicé el Regiomontano, México-Monterrey, alguna vez que fui a Mc Allen y allí tomé un auto alquilado. No había vuelos en aquel entonces. Y cuando ando fuera del país me he ido a conocer las estaciones del tren, la de Berlín es bellísima, igual que en París la de La Gare du Nort. Toda forjada en hierro, sus viejas terminales, una que me asombró fue la de Toledo, cuando te apeas del AVE (Acrónimo de Alta Velocidad Española), y llegas a ese bellísimo edificio todo forjado en hierro, tal parece que andas en el Medioevo. Prefiero siempre el tren al avión, he conocido Córdoba y Sevilla cuando viajo de Madrid, chulona mía.

También la de Barcelona y Valencia. No son baratos los trenes AVE, el que va a Sevilla cuestan desde 2 mil a 3 mil pesos. 390 kilómetros en 2 horas y media. Eso sí, van hechos la madre (palabra francesa) y cuando tocas una escala en Córdoba, hay que bajarse rapidito porque el tren se va. Llevas tu maleta allí mismo y bajas sin problemas. Es una delicia subirse a los trenes de alta velocidad, otra vez lo hice en Japón y esos si vuelan, a más de 300 kilómetros por hora. Los trenes españoles llevan sus comederos y una azafata que te atiende, vas por un café o una torta de jamón Jabugo, el Pata Negra, y allí de pie te los comes con un vinillo en unas mesas portátiles o regresas a tu asiento, que trae mesitas.

 

LOS FERROCARRILES DE MEXICO

 

Por eso va a ser muy interesante el Tren Maya, porque vienen hechos con la alta tecnología de Europa, trenes rápidos, con comodidades y precios desde los populares hasta los de VIP. La joya de la corona del presidente AMLO. En México se abandonaron los trenes de pasajeros, todos recordamos los llamados del Amor y el Jarocho, y uno en cada parada saboreaba las tortas y los huevos duros o enchiladas de mole y en Fortín vendían las gardenias, ensartadas en un hueco de un pedazo de tronco de una planta de plátano. Qué tiempos aquellos, don Simón.

Cuando llegó Slim, muchos pensábamos que pondría las rutas de trenes, uno no se puede imaginar un tren rápido que saliera de Veracruz, pisara Córdoba-Orizaba-Puebla y la estación de Buena Vista, sería una delicia y con un tiempo récord. Trepar la montaña donde ya abrieron y perforaron la misma para que las máquinas diesel no sufran y pujen. O el mismo México-Monterrey. O los de mi pueblo, que eran sublimes y eran de importancia porque allí había talleres y mesa redonda o mesa giratoria, una de ellas apenas fue descubierta por el INAH en Mérida, y la conservan como recuerdo.

Las locomotoras eran de vapor. Cuando la modernidad llegó, los trenes fueron olvidados, en tiempos priístas aparecieron los grandes empresarios que comenzaron a utilizar el transporte, cuando en Ferrocarril movías muchísima más carga. Hay países como Estados Unidos donde no se ven tantos tráileres, porque utilizan mucho el ferrocarril. Un vagón de ferrocarril debe equivaler a 50 camiones, pero el PRI sistema los fue haciendo a un lado. Comenzó un sabotaje a los ferrocarriles, en aquel tiempo, cuando muchos lo utilizábamos para que nuestras mercancías por allí llegaran, porque eran más económico el flete, comenzaron a sabotearlos robando las mercancías y hubo un momento que las compañías de México ya no te los enviaban por ferrocarril, solo por transporte de carga.

Eran Ferrocarriles Nacionales de México y los operaban bien, tenían un sindicato muy poderoso, el STFRM, que una vez lo detentó Luis Gómez Z., líder que se tuteaba con los presidentes y le daban posiciones políticas. Fue dirigente de 1973 a 1982. Antes los dirigentes Demetrio Vallejo y Valentín Campa, en 1958, intentaron democratizar aquello, pero el presidente Adolfo López Mateos terminó por encarcelarlos, fue una huelga genial, los trabajadores ferrocarrileros los seguían, era un líder honesto, a Mi Mero me tocó verlos un día caminar por Tierra Blanca, aquellos hombres parecían gigantes, y atrás de ellos los trabajadores apoyándolos.

Había dos centros ferrocarrileros de importancia, Matías Romero y Tierra Blanca y recuerdo que el presidente López Mateos tomó la ciudad con toque de queda, llegaron a la estación de radio, XEJF, donde mi padre era el gerente, y los soldados se apoderaron de ella, no podían leer nada los locutores mientras un teniente no lo autorizara, todos esos locutores trabajaban en ferrocarril.

 

Atrás de la vía, donde muchos vivían en esas casas de madera, no podían cruzar, solo con un salvoconducto para evitar sabotajes. Las esposas de los maquinistas eran como las adelitas, se tiraban tendidas al pie de las vías, para que el tren no arrancara. También, en aquellos años inciertos de 1960, fue detenido y encarcelado en Lecumberri, el genial pintor muralista, David Alfaro Siqueiros, el delito le llamaban Disolución Social, no tuvo López Mateos respuesta a un asesor que le dijera, lo que contestó el General De Gaulle cuando, en los turbulentos años de 1968, le sugirieron que detuviera al escritor Jean Paul Sartre, y Charles de Gaulle contestó: “No se encarcela a Voltaire”.

magaly

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