SE FUE OCTUBRE Y EL CHECO
El de las lunas más hermosas. Y nos quedó la tragedia del huracán Otis y también la Fórmula Uno y por ahí una entrevista con el general Cienfuegos, con el periodista Jorge Fernández Menéndez. Y la traición de Omar Fayad y Mundial de tenis en Cancún. Checo partió con las grandes expectativas de que suba al Pódium, más si es en México. Su tierra. Pero oh desilusión, muy temprano tuvo un roce con otro piloto y chocaron las llantas traseras y Checo quedó fuera. Eliminado, pues su auto necesitaba reparación. No se pudo. Para nosotros los mortales, que no había nada que ver, cambié de canal y ya no vi el automovilismo.
Uno debe recordar siempre a los Hermanos Rodríguez, cuyo nombre lleva ese autódromo y es una historia bella y trágica que un día de estos les cuento. La ceremonia de inauguración de primera. El folklore mexicano abundó. Niños de un coro cantaron el Himno Nacional Mexicano junto a los cerca de 100 mil espectadores, y se ponía la piel de gallina. Otra foto resultó dramática. Checo se solidarizó con todos los pilotos por la desgracia de Acapulco y parte de Guerrero. “Unidos con fuerza estamos contigo Guerrero”. Luego, en la vuelta iban a levantar el puño en las gradas en señal de duelo, porque ese día 25 fue la desgracia. Aún con todo, Checo sigue en segundo lugar mundial de la Formula Uno.
LA OTRA DESILUSION
Me fui a otra desilusión, sucede que en el fut americano Mahonne y sus Kansas City también mordieron el polvo. Era domingo salado, solo faltaba que nos cagara un pájaro al momento de salir a la calle. Paréntesis. (Un cronista e historiador del arte, Vale Lamoglia, me contó que un día en España, en la plaza de toros Las Ventas, estaba Silverio Pérez en las gradas y, de repente, lo cagó un pájaro. Silverio eso lo tomó como de mal augurio y ya no quiso torear ni tomar la alternativa. Buscó un justificante médico y ahí nos vemos, diría. . Decía que si entre 23 mil espectadores a él lo cagó el pájaro, el toro lo iba a matar.
Cosas de las supersticiones). Vino el Desfile de Catrinas en Orizaba y aquello ha sido un suceso, en las redes se quejaron algunos automovilistas porque, por lógica, se tienen que desviar vías de comunicación vehicular y aquello fue un atasco. Cómo ha sido en otros años. El Ayuntamiento anunció con tiempo las calles cerradas, una de ellas era la mía por donde desfoga mucho tráfico que anda cerca de la Alameda. Pero así es. Cuando las ciudades tienen sus eventos, hacen los desvíos. Digo esto porque a mí me han tocado varios de ellos cuando cierran calles. Un día en París, estaba la Tour de Francia, un evento que, ese año, cumplía los 100. Hospedado no en el centro, le pedí al taxi si mañana venia por mí. Me dijo que imposible.
Cerraban todo el centro de Paris y, además, solo funcionaban algunas partes del Metro, me dijo cómo llegar a Champes Elysees y de allí la vi. Otra vez en Chicago me tocó su clásica carrera de 42 kilómetros. Considerada entre los mejores maratones del Mundo, junto con los de Nueva York, Boston, Berlín, Tokio y Londres, aunque esta de Chicago solo lleve 46 años, no es tan antigua. Pero cierran todo y del hotel nos fuimos a ‘patín’ al rumbo donde queríamos ir. Así sucede en muchos lugares del mundo, o sea, aguanten vara y, si pueden, en los otros dos días del Desfile de Catrinas, dejen sus autos porque llega muchísima gente de Orizaba, Mendoza, Nogales, Rio Blanco y la hermana república de Ixtaczoquitlan. Además de los turistas, que este fin de semana abarrotaron la ciudad. Bienvenidos.