Concluye el Carnaval de Veracruz 2025
Veracruz, Ver.– El tradicional Entierro de Juan Carnaval, ceremonia simbólica que marca el fin del Carnaval de Veracruz, se llevó a cabo este miércoles con un evento discreto y sin la presencia de dos figuras clave: la Reina del Carnaval, la actriz Adriana Fonseca, y la alcaldesa Patricia Lobeira Rodríguez.
A diferencia de años anteriores, el ritual no incluyó el acostumbrado recorrido fúnebre con el ataúd de Juan Carnaval por las calles del centro histórico. En su lugar, se realizó un acto simbólico de menor escala en la explanada del Zócalo, con un escenario reducido y escasa asistencia del público.
El cortejo fúnebre, tradicionalmente cargado de humor y crítica social, se limitó a la participación del Rey de la Alegría, Juan Córdoba Jaime (“Panda I”), la Reina Infantil, Aryam Barrientos Reyes, y el Rey Infantil, Manuel Barbeito de la Vega (“Manuelito I”), junto a miembros de la Corte Real que simularon el llanto por la partida de Juan Carnaval, quien “se negaba a morir”.
Durante el breve acto, se leyó el característico testamento de Juan Carnaval, en el que con tono solemne y sarcástico se enumeraron sus “pecados” y se lanzaron mensajes de crítica social, enmarcando el final de los festejos carnestolendos.
Un cierre distinto al acostumbrado
Este 101° Carnaval de Veracruz, que presume ser “el más alegre del mundo”, concluyó en medio de la polémica. La baja afluencia de visitantes, atribuida principalmente a las condiciones climáticas adversas del fin de semana, afectó la asistencia a varios eventos. Incluso, graderos que cada año prestan servicio durante los desfiles amenazaron con impedir el acto final, aunque finalmente no interfirieron.
La ausencia del recorrido tradicional y la notable falta de público en la explanada marcaron una diferencia significativa respecto a ediciones anteriores, donde el Entierro de Juan Carnaval era uno de los actos más concurridos y celebrados.
Este ritual, profundamente simbólico para la cultura jarocha, representa el fin del desenfreno y la alegría desbordante del carnaval, y el regreso al orden y la reflexión. Sin embargo, este año cerró sin el brillo habitual, dejando entrever los retos de organización y participación que enfrenta esta histórica festividad.
